Un territorio normalmente tiene unas bases sobre las que genera la riqueza, el bienestar de sus habitantes y la capacidad de que haya unos estándares de vida adecuados a su población.
En el País Leonés no tenemos demasiado nivel en lo que a sector primero de alto nivel se refiere, y salvo la minería del carbón, generalmente explotada por otros o para otros sin tener en cuenta nuestras necesidades y con un nivel de reindustrialización que roza el bochorno, tampoco es que nos haya ido demasiado bien.
Somos una nación que paso a paso no solo ha perdido el orgullo de serlo, sino que gran parte del territorio sus habitantes han perdido su propia identidad como leoneses.
En otros sitios hay empleos en que el desarrollo de la edificación de viviendas turísticas como evolución de las construcciones industriales es importante, las rutas para ver cómo eran las minas, cómo vivían los obreros, cómo se buscaba oro; aquí no, aquí mucha gente acaban siendo pintores baratos en Madrid y no tienen demasiadas ambiciones.
Estamos en un país que ni tiene petróleo, el oro nos lo esquilmaron hace siglos y las otras riquezas que nos brindaba la tierra no existen o no son rentables en términos estrictamente de economía de mercado.
Junto a ello una tierra que no es que sea especialmente rica, un sistema de transformación que brilla por su ausencia y una industria apenas desarrollado hace del país de los leoneses una tierra donde las oportunidades escasean.
Qué hacen en otros países
Las tradiciones leonesas, mientras tanto, se desmoronan. En otros países se potencia lo autóctono y se exporta. Vemos cómo otros países conservan las suyas y se hacen integradores, incuso con comunidades como la hebrea ofreciendo comida shabat o la italiana con sus pizzas y espaguetis, en León los platos típicos se ignoran y no promocionan, lo que sería digno de ayuda psicologica online.
¿Hay una política de promoción de los productos leoneses? La respuesta es no. Pero no solo no la hay, sino que trata de mezclarse todo y hacer pasar lo leoneses por un totum revolutum llamado castilla y leon, portugal, españa o lo que sea sin darle una identidad propia y de conjunto a lo que es propio y de conjunto.
Nadie habla de cocina italoesolvena o francoinglesa. La cocina francesa es francesa, la italiana italiana, la vasca vasca y la leonesa cualquier cosa menos leonesa.
Aquí no construimos ni relojes y no usamos internet para vender, como vemos en una página gafas graduadas Tous.
O somos capaces de establecer unas premisas que nos separen de lo vulgar, que nos identifiquen como leoneses y que garanticen una calidad que sea apreciable y apreciada o habremos perdido también esa batalla.
Los remedios a esta situación
Hay una página web sobre un ejemplo de una empresa de construcción en G4 Marketing online en la que se pueden ver estrategias de posicionamiento estratégico.
Ninguno vendría a paliar la situación del país de los leoneses ni su vertiente del nordeste transmontano, como la llamaban en Portugal, ni en su vertiente del Reino de León, como normalmente se identifica en el estado español.
Tal vez podríamos necesitar un poco más de seguridad, un poco más de confianza colectiva y un poco mas de orgullo como pueblo.
Aquellos pueblos que no tienen conciencia de sí mismos, que renuncian a su identidad colectiva por vergüenza o para tratar de ser admitidos por culturas vecinas como propios pierden cualquier capacidad de reivindicación.
Tal vez los seguros de viagem internacional, como dirían en Portugués, nos ayudaran a ver más mundo y absorber más ideas.
Veremos lo que el futuro depara y esperemos que sea mejor que lo que hay hoy.